Rosa Margarita Elías, mejor conocida como «La gata roja» en el gremio cultural y artístico, nació en la Ciudad de México, en el año de 1957.

Rosa Margarita Elías, "La gata roja"

Durante su fructífera trayectoria artística iniciada en 1995, ha expuesto por decisión propia, tanto de manera colectiva como individual, únicamente en México, por considerar que es importante aportar a su patria, antes que a cualquier otro sitio internacional, uno de los derechos que más reclaman la atención: el derecho a la cultura, la educación y el arte.

Casas de la cultura, galerías, museos, eventos artísticos privados, subastas, bazares, vernissages virtuales, recintos particulares interesados en el arte, editoriales, entre otros., le han dado oportunidad de ser participe del mundo cultural y artístico a nivel nacional y ahora internacional, a través del ciclo Arte durante la pandemia.

Artista autodidacta e íntimamente relacionada con el arte desde su más temprana edad, retomó los pinceles y la pluma a finales de los noventas, aunque la segunda siempre la ha acompañado de una manera absolutamente vital, necesaria y complementaria a través de una evolución interior con la finalidad de sumergirse en su alma y mente, así como provocar una transmisión y conexión de manera auténtica y, ¿Por qué no decirlo? También por el solo placer de ser y estar.

Pintar, escribir, recrear su mundo interior de manera intensa y honesta, son sus grandes objetivos y deseos en la vida.

Dedicada de igual manera a la difusión de la cultura y el arte con el fin de apoyar a sus compañeros de gremio y sensibilizar a sus hermanos mexicanos desde hace 14 años, continúa combinando la difusión cultural y artística con su faceta de artista visual y textil, así como de poeta.

Como toda alquimista, experimenta con pasión, provocando despertares internos y esperando poder transmitir al ojo y mente observadora la lucha por reintegrar su capacidad en muchos sentidos con lo cotidiano: su gran amor al arte. Y en efecto, tal como sugiere el nombre de una de sus vernissages individuales, su actitud artística es un salto casi felino, muy arriesgado, hacia adelante.

Rosa Margarita Elías no cree en los estilos definidos, en los eternos sellos, para con ella misma. Eso sería imposible e inconcebible, ya que cada despertar, tal como lo comentó hace algunos años, es una reinvención, un reinicio y refundación de sí misma.

Rosa Margarita Elías en sus propias palabras

Me preguntan de dónde viene mi inquietud, esa necesidad a veces desequilibrada de escribir, de hablar en voz alta ante mi espejo.

Bien, pues me viene del alma. En mi caso, desquebrajada desde el nacer.

De la sensibilidad, de los sueños infantiles que se ven alimentados por los sueños de otros.

Por esa capacidad que se obtiene al poder entrar en la mente ajena, siendo más permisible y fácil por medio del arte, y con más facilidad para algunos, navegando entre la literatura.

Hay que tener algo de miseria o desmedida alegría. Algo de psicólogo, de tanatólogo, de existencialista, de masoquista e incluso de místico.

Algo que me inste a quedarme en esta vida.

Y lo encontré por vez primera en la literatura, como lectora.

Con el tiempo aprendí a «escribir» o, por lo menos, a transmitirme que lo importante era guardar los pensamientos en mis cuadernos. En hojas de colores, las cuales se mostraron dóciles ante el golpeteo y el sonido atrapante y sin freno de mi pequeña Olivetti.

Ahora bien, para expresarme, siempre he buscado la manera de hacerlo de alguna forma u otra. Es importante para mi gritar, susurrar, abrirme el pecho al escribir.

Me he volcado entre palabras o colores y a veces con romances inventados entre el universo y mi palabra, ya que provengo de un hogar en apariencia maravilloso, casi perfecto, pero muy seguramente silencioso, tan callado y helado como un microscopio.

Y entre mis largos silencios y sufrimientos, comprendí que no podía expresarme ni gritando, pues evidente y dolorosamente nadie me hubiese escuchado.

Mas las letras lograron, si no entablar una comunicación con la gente que me rodeaba, sí conmigo misma, hecho que me deslumbró con su magia, pues entendí el enorme valor de la expresión, de los gestos. Del interior aprendiendo a texturizarse en el exterior.

Toda mi vida he llevado conmigo la letra, la palabra.

No hay lugar donde haya estado en el cual no me haya acompañado un libro, un poema, una pregunta, tal vez sin respuesta, pero si, como mi vida, plena de lucha.

Esto que presento a ustedes día a día, con todo cariño y respeto, espero les guste.

Realmente es la primera vez que se me ofrece la enorme oportunidad de compartir eso que guarda el corazón como un recuerdo, pues en mis palabras siempre se encontrará la experiencia de lo vivido.

Algunas de sus obras

Onana, autorretrato de Rosa MArgarita Elías

Onana (Autorretrato)
Acrílico
65 x 120 cm.
2008



Procesos

Procesos
Óleo y pastel
30 x 25 cm.
2021



Era gélida

Era gélida
Mixta
60 x 90 cm.
2018



Cuenco para depositar lágrimas

Cuenco para depositar lágrimas
Mixta sobre tela
25 x 20 cm.



Sin título

Sin título


Te invitamos a conocer más acerca de «La gata roja» en esta entrevista realizada por Daniel Méndez, nuestro reportero oficial.

Asimismo, no dejes de seguir a Rosa Margarita Elías a través de su fanpage en Facebook.

1 comentario

  1. Rosa Margarita Elías Mass dice:

    Hola
    Muchas gracias Daniel Méndez.
    Muchas gracias a COMAV.
    QUISIERA COMENTARLES QUE ACTUALMENTE YA EXPUESTO INTERNACIONALMENTE Y QUE EL NOMBRE DE LA ÚLTIMA OBRA ES :
    AÚN.
    UN FUERTE ABRAZO.

    LA GATA ROJA

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